Los cabezudos de Zaragoza
Lo 11 cabezudos zaragozanos tienen un papel fundamental: perseguir a quienes se agolpan a su alrededor hasta lograr golpearles con su látigo. Cada uno de ellos, además, cuenta con una copla que relata algún aspecto negativo de su carácter y sirve, cantada por niños y jóvenes, para provocarles e iniciar así una nueva persecución. Algunos cabezudos, ya sea por su fama o por su larga vida, tienen más de una copla o varias versiones de una misma.
El Azutero
Este cabezudo presentado en 2013 representa a Pedro Nadal y Auré, un popular cantador del siglo XIX conocido como el Royo del Rabal que contribuyó a hacer de la jota uno de los estándares de la cultura aragonesa.
Azutero, panzón, deja de cantar jotas y reparte el zurrón
El Boticario
Según diferentes versiones, este cabezudo puede representar a un antiguo juez de la ciudad, a un ciudadano acaudalado o a un farmacéutico que tuvo su botica en la calle Alfonso, todos ellos personajes reales que habitaron en Zaragoza hace años.
Boticario, canario, garras de alambre, le cayó una teja y no le hizo sangre
El Berrugón
Se trata de uno de los cabezudos más populares de la ciudad. Representa a un antiguo corregidor de la ciudad que, al parecer, era fácilmente reconocible por una gran verruga que mostraba en su rostro.
Al Berrugón le picaron los mosquitos y se compró un sombrero de tres picos
El Torero
La figura de este cabezudo es la propia de un torero de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX. Aunque se le asocia con algún personaje real como Pepe Hillo, no está del todo claro que represente a nadie que existiese en la realidad.
El Torero, como es tan chulo, salta la valla y se rompe el culo
El Morico
Este es uno de los cabezudos más populares de toda la comparsa y podría representar a un mozo de cuadras que trajo desde Cuba el Conde de Viñaza, aunque no todo el mundo está de acuerdo con esta versión.
Morico el Pilar, se come las sopas y se echa a bailar
El Tuerto
A este cabezudo se le asocia tanto con Melendo, un antiguo médico local famoso por su mal genio, como con José I Bonaparte, hermano de Napoleón. La asociación con este último lo hacía blanco de crueles burlas.
El Tuerto, tuerto es. El Tuerto, por melón, se cayó un tozolón
El Forano
Aunque también se le identifica con un conductor de carruajes, la versión más aceptada dice que el Forano, como su nombre indica, es un hombre de carácter rural que se engalana para acudir a las fiestas del Pilar.
El Forano se ha cagao, la forana lo ha limpiao con un trapo colorao
La Forana
Este cabezudo es heredero de aquel otro que antiguamente representaba a Teresa Panza, mujer de Sancho Panza. Su inclusión en la comparsa data de 1916, cuando se casó oficialmente con el Forano en una ceremonia pública.
Que no se diga, que no se note, que la Forana lleva bigote
El Robaculeros
No se sabe con seguridad a quién o qué representa este cabezudo, pero parece ser que en su origen podría haber sido Sancho Panza, el fiel escudero de Don Quijote. Además de por Robaculeros, también ha sido conocido como Pirulí y Juan Pirulí.
El Robaculeros no sabe correr y por eso da traspiés
La Pilara
El de la Pilara es un caso peculiar, pues es el único cabezudo que fue presentado en sociedad mientras la persona a la que representa todavía vivía. Se trata de Pilar Lahuerta, cantante de la famosa sala-teatro Oasis y que pudo asistir al bautizo de su propio cabezudo en 1982.
La Pilara, cuando camina, mueve las plumas como una gallina
La Cigarrera
Este cabezudo nace en 2015 para honrar la figura de Herminia Martínez Linés, llamada también Serafina, un personaje popular muy querido durante las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI y que se dedicaba a vender cigarrillos sentada en una calle de El Tubo.
La Cigarrera, de tanto fumar, se tira pedos, que huelen fatal