Breve historia de la ciudad



La historia documentada de Zaragoza comienza con la existencia de pequeños asentamientos datados a finales de la Edad del Bronce. Tiempo después, en el siglo III a.C., la ciudad íbera de Salduie es identificada por Plinio el Viejo bajo el nombre de Salduvia.

En el año 14 a.C., Octavio Augusto conquista este enclave íbero y funda Caesaraugusta. La nueva ciudad gana importancia con el paso de los años hasta convertirse en el centro del valle del Ebro. Así, la Zaragoza romana resiste hasta el año 472, fecha en la que es tomada por las tropas visigodas del rey Eurico y pasa a formar parte del Reino de Tolosa. Durante el siglo VII, la Cesaracosta visigoda se convierte en uno de los mayores centros culturales de la península gracias a la labor de varios de sus obispos.

 



Los musulmanes toman la ciudad en 714, cambian su nombre por el de Saraqusta y así queda sometida al dominio sucesivo del Valiato de al-Ándalus, el Emirato de Córdoba y el Califato de Córdoba. Tras la caída de este último, se funda la taifa de Saraqusta, que terminó siendo uno de los reinos más prósperos de todo al-Ándalus hasta su conquista en 1118 por Alfonso I el Batallador.



Bajo dominación cristiana, Zaragoza se convierte en la capital de Reino de Aragón y, posteriormente, en el lugar de coronación de los reyes de la Corona de Aragón. Pese a que la mayor parte de la población musulmana deja la ciudad, esta mantiene durante siglos una próspera comunidad morisca, así como judía.

Durante la Edad Moderna destaca el episodio de Antonio López, secretario de Felipe II que, acusado de traición y asesinato, se refugia en Zaragoza acogiéndose a los fueros y a la protección de Juan de Lanuza, Justicia de Aragón. El episodio se salda violentamente en 1591 tras la toma de la ciudad, el ajusticiamiento de Juan de Lanuza y la restricción de algunas libertades forales. El resto de fueros, junto a las instituciones aragonesas, fueron abolidos por Felipe V en 1707 como castigo por la lealtad aragonesa hacia Carlos de Austria durante la Guerra de Sucesión Española.



A comienzos del siglo XIX tiene lugar uno de los episodios más famosos de la historia de Zaragoza: los sitios. Durante la Guerra de la Independencia Española, el ejército francés sitia dos veces la ciudad y encuentra una feroz y violenta oposición que pronto se convierte en toda Europa en un símbolo de la resistencia frente a Napoleón. Tras un primer sitio infructuoso entre junio y agosto de 1808, los franceses vuelven a asediar la ciudad a finales de año y terminan por tomarla en febrero de 1809. A esta época pertenecen algunos de los personajes más famosos de la historia local como el general Palafox o Agustina de Aragón. Tras los sitios, Zaragoza había perdido más de tres cuartas partes de su población. A nivel patrimonial, la ciudad era conocida hasta entonces como “La Florencia de España”, pero tras la devastación sufrida, este sobrenombre dejó de tener sentido.



Las heridas de la guerra contra los franceses tardaron en cerrarse, pero un siglo después, en 1908, la celebración en Zaragoza de la Exposición Hispano-Francesa contribuyó notablemente a volver a estrechar lazos.

El siglo XX comienza con una ciudad que mira al futuro mientras crece industrial y comercialmente. Comienza un breve periodo de bonanza que se ve truncado por la guerra civil y los años de la dictadura.



Finalmente, ya entrado el siglo XXI Zaragoza experimenta un constante crecimiento económico y turístico. En 2008, coincidiendo con el segundo centenario de los sitios, se celebra una nueva exposición, esta de carácter internacional, que contribuye a sentar las bases de la actual Zaragoza, abierta, sostenible y contemporánea.